domingo, 28 de diciembre de 2014

Goñi - Treku . 27/12/2014

Recorrido circular desde Goñi por los hayedos y las crestas de los altos de Goñi y Treku. 
Existe una antigua leyenda navarra sobre el musgo, tan querido por nosotros, y más en diciembre.
Al parecer, se dice que hace mucho, muchísimo tiempo, todas las plantas sabían hablar. El musgo, en cambio, era bastante tímido, y no se atrevía a decir ni media palabra. Las plantas, que eran buenas, una y otra vez intentaron animar al musgo. El haya se le acercaba, y le decía dulces palabras, en vano.
El roble lo acariciaba con sus hojas y hojarascas, sin logro. Las flores lo rodeaban, llenas de contento con sus vivos colores. Pero el musgo debía seguir mudo. Finalmente, entristecidas todas las plantas, tomaron una terrible decisión, es decir, tampoco ellas hablarían más, para no hacer de menos al pobre musgo. Por ello, así lo cuenta la leyenda navarra, hoy las plantas no hablan.
Típico paisaje kárstico de los altos de la sierra donde la erosión arrastra la cobertura de suelo y el agua junto con el hielo disuelven y cuartean la roca dejando como un mosaico de piedras, a veces delicadas para andar.
 
Terreno calizo con numerosas "dolinas" procedentes del hundimiento del terreno como consecuencia de la disolución de las calizas por el agua procedente de la disolución gota a gota de la nieve.
E igualmente simas o grandes hendiduras en la tierra realizadas por el agua que se infiltra por grietas y va disolviendo la caliza, generalmente todas se corresponden con grandes cavidades en su interior.
 

A estas alturas del año la mayoría delos hongos que observamos se desarrollan sobre la madera que descomponen para que se convierta en nuevo alimento para las plantas. El estéreo, Stereum insignitum.
Así como la Exidia glandulosa, un hongo gelatinoso que recubre y descompone las cortezas de las hayas muertas.
 
También sobre las cortezas de los árboles desarrollan numerosos líquenes, uno de los más espectaculares es la pulmonaria, Lobaria pulmonaria, que recibe este nombre por su aspecto de pulmón y que curiosamente se utiliza seca y en polvo para el tratamiento de afecciones pulmonares.

Casi parece un belén navideño, unas Psathyrella desarrollando sobre la madera de un macetero realizado con troncos de haya ahuecados.
 
Ya muy deterioradas por el agua y la nieve todavía encontramos ilarrakas o pardillas, Clitocybe nebularis entre la hojarasca de los hayedos.
Una bella vista del hayedo ocupando preferentemente las laderas bajas y las depresiones de la sierra.


domingo, 14 de diciembre de 2014

Pintano - sierra de Serga

Suave circuito por sierra poco conocida por senderistas en las proximidades de Undués-Pintano en Aragón. Recorrido por bosques relictos de carrasca y quejigo junto a jóvenes pinares de repoblación con pino carrasco, Pinus halepensis.
Las laderas de solana están cubiertas por bosques de carrascas, Quercus rotundifolia más resistentes a la insolación y a la desecación, mientras que las laderas norte y las partes bajas sobre margas encharcables están ocupadas por bosques de quejigo, Quercus faginea, que ahora se reconocen por sus colorido.
Los claros de lo alto de la sierra son zonas que tradicionalmente se han quemado para mantener los pastos y luego se han abandonado siendo ocupadas por matorrales pirófilos. Al fondo pinares de repoblación.
 
Los principales arbustos pirófilos que encontramos no solo tienen que resistir al fuego con sus profundas raíces sino también al ramoneo del ganado, son fundamentalmente el boj, Buxus sempervirens, el enebro, Juniperus oxycedrus.
 
La aulaga, Genista scorpius y la coscoja, Quercus coccifera, todos ellos dotados de hojas o ramas espinosas o sustancias poco apetecibles al ganado y poderosas raíces.
 
Son zonas con mucho refugio para los grandes Mamíferos y abundante alimento con las bellotas, piñas y cereales, de ahí que sen frecuentes los jabalíes (huellas) y zorros (excrementos).
El substrato en lo alto de la sierra está formado por areniscas carbonatadas formando capas, que en realidad representan antiguas playas fluviales como ponen de manifiesto estos ripple-marks o marcas de corrientes que en realidad se pueden considerar como dunas de agua fosilizadas.
Y por supuesto como no puede faltar en toda sierra que se precie, su correspondiente ermita.
Y bellas vistas del Pirineo nevado.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Izaga desde Sengáriz. 22/11/2014

Precioso recorrido circular por la cara sur de la Peña de Izaga
Los más atractivo el colorido de la vegetación, especialmente de los quejigos, Quercus faginea, en contraste con las carrascas, Quercus rotundifolia y los bojes.
 
Los quejigos  pierden parcialmente las hojas en otoño y toman ahora unos espléndidos colores.
Sin embargo no son las únicas plantas que observamos, como el Leontodon hispidus, o el Hieracium pilosella o Pilosella officinarum.
 
La Potentilla pneumanniana, o la hierba de San Roberto, Geranium robertianum.
Alguna jarilla como el Helianthemum appeninum.
 
Con buena vista también hemos podido observar algunos curiosos hongos como los niditos, Crucibulum laeve que en realidad son pequeños cuescos de lobo (lentejuelas) embalados en un vasito.
Y aunque la fauna es difícil de observar y todavía más de fotografíar, podemos identificar su presencia a través de algunas de sus huellas como estas de tajudo.
Y mucho más evidentes y más desagradables los nidos de procesionaria.
Y por supuesto no se puede terminar este pequeño reportaje si presentar la ermita de la Trinidad de Izaga.

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domingo, 16 de noviembre de 2014

Izal - Olotoki. 15/11/2014

Recorrido por tierras salacencas, con dos variantes por imperativo de los cazadores y de las circunstancias.


Una abundancia de agua caída en los últimos días nos ha sorprendido con esta magnífica cascada.


Pinares de Pinus sylvestris, pino royo, con mucho boj dominan el paisaje y se convierten en uno de los hábitats mejores para la fauna de gran tamaño
 

Como los jabaliés y los tajudos, Meles meles, que aunque difíciles de ver se perciben por los cazadores o por sus excrementos.
 
Difícil reflejar en fotos todo el colorido que nos ofrecen las hayas y robles en esta época del año.

 
Y por supuesto los típicos frutos del otoño, las setas y hongos.
En los pinares no podían faltar las negrillas, Tricholoma terreum.
 
Y los hongos de vaca, los hongos viscosos, Suillus luteus y Suillus granulatus.
 
Y otras de más amplia distribución y muy espectaculares, las galampernas, Macrolepiota procera, y las ilarrakas, Clitocybe nebularis.
 
Y algunas otras menos conocidas como el Tricholoma fracticum o la llamativa Amanita echinocephala con escamas piramidales en la superficie del sombrero y bulbo.
 
Algunas flores sobrevivientes como la manzanilla romana, Anthemis nobilis y la hiedra de tierra, Glechoma hederacea.
Y terminaremos este reportaje con otra superviviente, una hembra de chicharra arrastrando su oviscapto con el que supongo que a estas alturas ya habrá enterrado sus huevos.

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